lunes, 18 de octubre de 2010

Virginia Gallardo

Virginia Gallardo tiene la cola embarrada

Virginia Gallardo
Virginia Gallardo se pone un dedo en la boca como pidiendo pete, se agarra la concha y aparece embarrada como si viniera de garchar entre los yuyos, pero no te confundas: la correntina es una chica tímida y nada zarpada. “No soy la come hombres que se ve en las fotos” dice mientras pone las tuneadas cachas para la cámara, “soy una chica tímida, el cuerpo lo muestro porque es mi trabajo jugar a ser sexy.” Así que por favor no saques conclusiones equivocadas al verla con esa pinta de perra viciosa, porque en la vida real es una mina tranquila y re tradicional. “Para mí en el sexo tiene que haber amor, estoy armada de esa manera” dice la ex choco-chica, “por eso me tomo el tiempo necesario para conocer a la gente con la que voy a compartir mi cuerpo, no me incomoda ir en cámara lenta cuando me relaciono con alguien.” Gallardo es una chica de hogar, pero tiene hábitos de atorranta. “Me gusta caminar desnuda en mi casa con todas las ventanas abiertas” dice la correntina, “a mí me encanta verme desnuda, es muy divertido.”
virginia gallardo
La cola embarrada, pero no le gusta ir por camino de tierra. “Todavía no entregué la cola”, dice la correntina orgullosa.
Virginia Gallardo quiere ocultarlo pero las fotos no mienten: pezones a la milanesa, orto embarrado, carita de putita satisfecha — a la correntina la empolvaron en medio del campo, aunque diga que coger al aire libre no es lo que más le gusta. “Hacerlo en lugares públicos no me gusta porque soy muy pudorosa” dice como si no tuviera por profesión mostrar el orto, “ además para hacer el amor necesito estar cómoda, por eso cuando puedo elegir prefiero la cama, especialmente la mía, porque allí están virginia gallardomis perfumes, mis aromas. Es el mejor lugar para que tengas un encuentro conmigo.” Claro que para una perra como la correntina revolcarse entre los yuyos es siempre una posibilidad. “Lo del barro se lo sugerí al fotógrafo como para completar la fantasía que te hagas conmigo” explica Virginia, “pero acordate que en persona tampoco tengo límites.” Pero a pesar de la declamada ausencia de límites y el barro en la cola, la correntina dice que el camino de tierra sigue cerrado al tránsito. “Yo entrego todo menos la cola” dice Gallardo tratando de sonar convencida, “pero igual nunca digo nunca porque no se sabe, quizás el día de mañana entregue la cola.” Lavirginia gallardoclave para lograrlo es adobar el pavo de a poco, ir haciéndolo a fuego lento para que la tenga adentro sin darse cuenta. “Tenés que tomarte el tiempo preciso para amarme” dice Gallardo como si fuera un telenovela, “quiero que me remontes de a poco, que me beses, me acaricies y me mimes… es tan indo ir enrollándose de a poco!” La correntina quiere ir lento porque dice que su terrible lomo no coincide con su personalidad. “En las fotos se me ve como una salvaje comehombres, pero soy mucho más tranquila que lo que aparento” dice Virginia, “pero me encanta verme desnuda, en mi casa me paseo desnuda con todas las ventanas abiertas y virginia gallardoal parecer a los vecinos les gusta el show porque no hubo quejas.” Y a pesar de esta propensión a mostrarse en bolas, Virginia quedó traumada cuando se le escapó la goma en Showmatch. “Sentí que tenía la lola afuera pero pensé que fue sólo un segundo” recuerda la rubia, “pero después cuando vi la repetición me morí de vergüenza porque soy tímida!” Por suerte Gallardo dice que la timidez se le va una vez que tiene la salchicha al alcance de la mano. “Me gusta disfrutar del cuerpo del hombre en la cama” reconoce la correntina, “en la cama es donde más cómoda me siento. Arranco despacio, pero cuando tomo confianza disfruto mucho del sexo y hago lo que me pidas.”
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Virginia Gallardo no tuvo problema en que le inyectaran siliconas en la cola, pero no quiere que se la llenen de leche fresca. “Sigo con la postura de no entregar la cola” dice la correntina mientras pone el upite para las fotos, “igual tengo mil otras cosas para que te entretengas, además de la cola siempre me elogian las lolas, la piel y los labios — mis besos son hermosos. Y todos quedan conformes porque la pasan muy bien conmigo.” La correntina dice que en la cama está dispuesta a bailar por tu sueño. “Cuando me piden que baile en la intimidad lo hago porque bailar me encanta” dice la rubia, “además está bueno para jugar y levantar la temperatura de a poco como a mí me gusta.” Y si querés levantar temperatura, no te pierdas abajo el video de Virginia Gallardo antes de los implantes bailando topless en partuza con una amiga!
Virginia Gallardo
Bajate el Video de Virginia Gallardo Desnuda (versión completa, 6 min.)

Virginia Gallardo desnuda en Playboy

Virginia Gallardo desnuda en Playboy
Virginia Gallardo pela terrible tetas para Playboy, pero no te apures a comerle los patys porque la correntina es golosa y prefiere ir directo al postre. “Debuté con tortas” dice la rubia como revelando un inesperado lesbianismo, “empecé haciendo tortas porque es fácil y además da para el sexo, una vez lo hice sobre la mesada de la cocina y quedé llena de harina.” El postre está asegurado, pero si querías comerle el pavito la cosa se complica. “Yo doy todo menos la cola” dice la correntina, olvidando que tampoco quiso entregar la figazza a las fotos del Conejo. “Estoy contenta porque la producción me permitió salir sexy” dice la rubia, “pero no quise mostrar todo porque sino se pierde el encanto.”
Virginia Gallardo desnuda
Gallardo dice ser Virginia de la cola, pero está abierta a “meter algo nuevo” en una relación.
La foto de Virginia Gallardo desnuda en Playboy con las piernas separadas mostrando esa chipá correntina como para que se la llenes de queso estaba cantada. Pero a pesar de sus grandes orejas el conejo es sordo, y a pesar de su avasallante orto Virginia Gallardo es tímida. “Soy una chica tradicional y mucho más tranquila de lo que muestro en las fotos” explica la correntina, “juego a ser sexy porque es mi trabajo, pero no quise mostrar todo porque sino se pierde el encanto.” Y que se la pierdas entre los cantos tampoco le va, a pesar de como pone ese terrible ojete en las fotos. “Por ahora mantengo mi postura de no entregar la cola” insiste Virginia haciendo honor a su nombre, “porquevirginia gallardo en playboytengo muchas otras cosas para entretenerme.” Como esos terribles pechos que admite haber tuneado no por placer personal, sino para mejorar el servicio. “Las lolas me las agrandé por un tema de laburo, no para experimentar cosas nuevas en el sexo” reconoce la correntina, “lo bueno es que ahora no necesito usar corpiño porque me quedaron naturales pero bien paraditas.” Y a vos también te quedó bien paradita, firme como un soldado que espera ser condecorado con una escarapela de cuero alrededor del cuello. “Volviendo a la cola, no digo nuncia porque no se sabe” dice la correntina aflojando las cachas, “quizás el día de mañana la entregue virginia gallardo gatea en playboycuando esté casada y con alguien de mucha confianza.” Así que seguí apretándole el asterisco con el dedo sin uña hasta dar con la tecla, porque el pavo a la correntina se cocina a fuego lento. “En la cama siempre arranco bastante tímida” dice la rubia mientras ese culo extrovertido la desmiente, “pero una vez que entro en confianza agarrate, porque ahí hago todo lo que me virginia gallardopidas.” Virginia Gallardo sabe que todos los ojos se clavan en sus impresionantes bochas y monumental ojete, pero insiste en que la clave de su atractivo es la personalidad. “Yo gano por la simpatía” dice contra toda lógica, “las correntinas somos entradoras, para ir a la cama compramos con la dulzura.” Y si bien vos no podés comprar un servicio sólo con dulzura, quizás te deje ponerle la crema en algún postre. “Me gusta cocinar, especialmente postres” dice la correntina, “una vez estaba haciendo una torta y de repente pasamos a tener sexo mezclando harina, huevos, dulce de leche y esas cosas… no sabés lo batida que quedó la crema!
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Virginia Gallardo se acomoda en el sillón y te mira como para que sea tuya la mano que se cuela entre sus piernas. “Muchos al ver mi cola creen que es necesario tener algo gigante, pero el tamaño la verdad que no importa” dice riendo la correntina, “no en serio, no importa… no voy a dejar de estar con alguien por esa cuestión.” Pero si la apretás un poco, la rubia reconoce que la empanada es más jugosa cuanto más carne tiene el relleno. “Obvio que si es grandota todo suma” reconoce Gallardo, “pero tampoco voy a andar diciéndoselo.”
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Virginia Gallardo, temible ojete correntino

Virginia Gallardo
Como si nunca hubiera escuchado la ley del “Posición Obliga”, Virginia Gallardo pone la cola pero sólo para las fotos. “Hago fotos insinuando pero soy más tranquila que lo que aparezco y en realidad doy todo menos la cola” explica la correntina, “sigo con la postura de no entregar porque tengo mil otras cosas para entretenerme, como por ejemplo las lolas nuevas.” Con el asesoramiento del chocolatero, la rubia se agrandó los havanets para aumentar la facturación. “No me agregué lolas para experimentar en el sexo, sino para laburar” explica la ex Miss América y actual mediática, “ahora puedo usar remeras sin corpiño, quedaron bien paraditas.” A vos también te quedó bien paradita, matala!
Virginia Gallardo
Virginia Gallardo la va de santa, pero la vende la cara de petera en esta foto sin retocar.
Como si su culo fuera un kiosco, la choco chica Virginia Gallardo se agacha ofreciendo un riquísimo alfajor de carne que asoma entre las cachas apenas envuelto en una delicada tanga roja. “Me encanta comprar lencería, más allá de que le guste a los hombres tengo una colección enorme” dice la correntina mientras vos pensás que lo que importa es la golosina y no el envoltorio, “igual me parece que los hombres le da lo mismo, porque al final siempre piden que nos saquemos todo.” Pero a pesar de lo que muestran virginia gallardolas fotos, sacarse todo es algo que la correntina dice que le cuesta. “En la cama la verdad que soy medio tímida” dice Virginia y uno se pregunta de dónde salió la putez que reflejan las fotos. “Yo soy mucho más tranquila que los que muestro cuando hago fotos, debe haber casos donde las chicas son tan comehombres como aparecen, pero no es el mío” explica la rubia, “para mí el límite es insinuar y jugar a ser sexy pero no mostrar todo, porque me parece que se pierde el encanto.” Como corresponde a una auténtica chocochica, Virginia Gallardo dice que gana con la dulzura. “Las correntinas te compramos con la dulzura”, dice la rubia y vos pensás que quizás “dulzura” quiere decir “concha” en Virginia Gallardocorrentino básico, pero no, la dulzura de la chocochica es literal. “En la cama me gusta usar dulce de leche y crema también” dice Virginia, pero aclara que ni con crema le vas a poder hacer el orto. “Sigo con mi postura de no entregar la cola” dice como si quisiera subir el precio,”pero igual nunca digo nunca… quizás el día de mañana con una pareja de mucha confianza sí entregue la cola”. O sea que con Fort no tenés confianza, Virginia? “No, quiero decir que con una pareja de muchos años lo pensaría como para meter algo nuevo en la relación” dice la correntina tratando de salvar las apariencias, “en una de esas la termino entregando a los 50 años con 20 de casada!”. Perfecto correntina, dicen que nunca es tarde cuando la dicha es buena!
Virginia GallardoVirginia GallardoVirginia Gallardo
Virginia Gallardo
Virginia Gallardo está acostumbrada a provocar sacando la cola en todo tipo de posiciones sin sufrir consecuencias. “A mi pareja le doy todo, menos la cola” dice la correntina, que de todas maneras no descarta entregar algún día. “Nunca digo nunca, porque cuando tengo confianza uno hace lo que la pareja le pida” dice Virginia Gallardo pero aclar que “siempre dentro de lo normal, uno contra uno y nada de locuras.” La correntina dice que para gritar sapucay no necesita un garrote gigante. “El tamaño no importa, jaja” dice jocosa como si ya no pudiera contener la sarta de mentiras que viene hablando, “no en serio, no importa… mas grande es mejor pero uno no va a estar o no con alguien por esa cuestión, ni va a andar diciéndoselo.” Virginia dice que su timidez (?) la lleva a evitar lugares que no sean la cama, aunque alguna vez se anima. “Soy cómoda y tímida por eso prefiero la cama” dice la rubia, “pero en pareja si tengo confianza puedo incursionar en otros sitios como una pileta o un ascensor, pero la playa y lugares públicos no me gustan porque soy pudorosa con eso.”
Virginia Gallardo

miércoles, 13 de octubre de 2010

Amalia Granata

Amalia Granata, un orto de mundo perfecto

Amalia Granata
En un Mundo Perfecto, todas las minas tendrían una cola como la de Amalia Granata, pero en la vida real pavos hambrientos de carne como el de la rosarina no se encuentran todos los días. “Me encanta entregar la cola” reconoce viciosa, “lo disfruto muchísimo y más cuando voy arriba, aunque también me gusta tipo perrita”. Auténtica domadora de garompas, la rosarina hace largas cabalgatas montada sobre pingos de buen porte. “Está bueno cuando la tienen grande, qué querés que te diga!” acota entusiasmada, “me gusta que la sesión dure mucho, me da un placer increíble.”
Amalia Granata
Granata confirma tu pálpito: la colectora que lleva al Mundo Perfecto está abierta al tránsito!
La cola de Amalia Granata es tan perfecta como el mundo donde hace de panelista, y muchos se preguntan si se está tuneada. “La cola es toda mía” dice orgullosa la rosarina, lo cual no quita que también pueda ser tuya porque la rubia es muy generosa con el pavito. “Disfruto mucho teniendo sexo por la cola” confiesa con serena putez, “para muchas hacerlo por atrás es tabú, pero a mí me da un placer tremendo.” Y con esta confesión, queda claro el significado del tatuaje que en forma de estrella ninja la rosarina se hizo arriba de la cola: es un diagrama de Amalia Granatacómo tiene el nudo del globo más abajo! Así que no te preocupes por juntar saliva, porque la escarapela de cuero de Amalia no necesita pomada. “No uso lubricantes porque no me hacen falta” anuncia la rosarina triunfante, “a otras les duele, pero a mí me encanta.” Claro que una cosa es que entre fácil y otra que baile, y por eso la rosarina la prefiere grandecita. “Aunque digan que no, el tamaño importa” dice Granata, “los prefiero con muñeco grande, aunque los que la tienen chiquita se la pueden rebuscar usando las manos, la boca y la lengua.” Y la pregunta del millón Amalia, billetera mata galán? “Mirá, muchas veces me ofrecieron dinero a cambio de sexo” reconoce la rosarina, “alguno me llegó a ofrecer hasta cinco mil dólares, pero no los agarré.” Agarrá esta Amalia entonces!
Amalia GranataAmalia GranataAmalia Granata
Amalia Granata
Amalia Granata, el orto para Un Mundo Perfecto“Desde que me separé del Ogro cambié la actitud, me salió lo de Pettinato y me siento más sexy que nunca” dice Granata colgada del palo, “también me cambió el cuerpo, tengo todo más firme y todos me quieren partir… la verdad esperé mucho tiempo que me pase esto.” Claro que mientras esperaba no lo hizo cruzada de brazos, sino que aprovechó para bajarse unas manos. “Es que de frígida no tengo nada y como la masturbación femenina para mí no es tabú, me toco cada vez que tengo ganas” explica la rubia, “y las minas que dicen que no lo hacen mienten o no saben lo que se pierden!”.
Amalia GranataAmalia Granata Amalia GranataAmalia GranataAmalia Granata

Amalia Granata, tuya en Un Mundo Perfecto

Amalia Granata
Amalia Granata se acomoda entre enormes pelotas y confiesa que en la vida real también las prefiere grandes. “El tamaño del muñeco es muy importante” dice la rosarina juguetona, “los que la tienen chiquita se la rebuscan, pero está bueno que la tengan grande.” Y como resultado de su preferencia, lo que también debe tener grande es la raba, porque la rubia entrega sin problemas. “Para mí dar la cola no es tabú, al contrario” explica entusiasmada, “cuando tengo sexo por la cola lo disfruto muchísimo, en serio.” Si Amalia, te creemos!
Amalia Granata
Amalia Granata te mira lista para una buena turca, un rico pete o lo que quieras porque “No me queda nada virgen.”
Si estabas buscando comerte algo rico para hacer una muy feliz fiesta, fijate el tremendo pan dulce que tiene Amalia Granata, ahora con nueva fórmula. “Siento que en el último tiempo me cambió el cuerpo y también la actitud” explica la rosarina, “me empecé a sentir más sexy y ahora todos me quieren partir, está bueno!”. Claro que Amalia está buena, tanto que cuando pone la cola convierte un mediocre programa en Un Mundo Perfecto. “La verdad esperaba hace tiempo lo que ahora me está pasando” dice la rubia, “me tenía fe porque este laburo ya lo hacía en Chile y ahora lo hago justo con Pettinato, amalia granataa quien veía en Duro de Domar y para mí era lo más.” En el programa le tiran papelitos para que ella los busque, pero como indica el juego de la basura, debería ser al revés: Amalia se tira para que vos la recojas. “Disfruto mucho el sexo porque aprendí a ser egoísta” dice la rosarina, “entendí que lo importante es que yo quede satisfecha.” Y si no hay compañero para la basurita, la rubia no duda en jugar un solitario. “Cuando tengo ganas de masturbarme lo hago” dice mientras vos bien caballero te ofrecés a darle una mano, “para algunas chicas es tabú, pero las que no se tocan no saben lo que se pierden.” Y vos no te pierdas de probar ese exquisito pan dulce rosarino que la rubia ofrece con gusto. “Cuando tengo sexo por la cola lo disfruto muchísimo” confiesa Amalia GranataAmalia “en serio, me da un placer increíble y no uso lubricante porque no hace falta.” Y eso que la rubia se la manda hasta la manija porque le gusta sentarse arriba del pingo y salir a cabalgar. “A Granata le gusta ir arriba” dice en tercera persona como auténtica amazonas de la garompa, “la duración de la sesión depende, cuando tengo sexo todos los días la cabalgata dura un montón.” Claro que con ese terrible ojete, para viajes largos Granata prefiere ir sentada sobre una buena montura. “El tamaño es importante, aunque los que la tienen chiquita se la rebuscan bastante bien” reflexiona Amalia, “usan las manos, la boca, la lengua… pero también está bueno que la tenga grande, qué querés que te diga!” No digas nada Amalia, que hablar con la boca llena es mala educación.
Amalia GranataAmalia GranataAmalia GranataAmalia Granata
Amalia Granata
Amalia Granata reconoce que su “hombre ideal tiene que tener una billetera bien llena” pero niega haber trabajado de gato. “Muchas veces me ofrecieron guita por sexo” dice la rosarina, “pagaban hasta cinco lucas verdes, pero nunca acepté.” La rubia quiere tomar distancia del mundo del sexo pago no sólo en la vida real sino también en la ficción. “Por eso rechacé el papel que me habían ofrecido en la serie Botineras” explica la panelista del Mundo Perfecto, “querían que hiciera de prostituta.” Pero en qué estaba pensando ese director de casting, proponer que Amalia Granata haga de gato botinero? Locura!
Amalia Granata

Amalia Granata atiende por la puerta trasera

Amalia Granata
Amalia Granata está dispuesta a romperse el culo para demostrar que no es una chica fría. “De frígida no tengo nada” dice la rosarina mientras ya se prepara para el embate trasero agarrándose de la cómoda, “me encanta hacerlo estando yo arriba, ahí me la acomodo como quiero.” Y una arriba en control de la situación Amalia dice que es una experta en complacer… a sí misma. “Es que con la experiencia aprendí a ser súper egoísta en las relaciones” dice la rubia con cara de tomarse toda la Cíndor de vainilla en botella de cuero, “lo importante es que yo quede satisfecha.” Y para quedar satisfecha, le encantan que le hagan la cola. Esa raba pide crema!
Amalia Granata
Amalia Granata dijo alguna vez que no quería que “el país esté hablando de mis tetas”. Cambió de opinión.
Puede que Amalia Granata no atienda los dos teléfonos como para armar una tortilla party, pero en este momento atiende el tuyo y con eso te alcanza. Te alcanza y te sobra, porque ese pavo está brutal, es una locura y justifica la tuya al agarrarla de los pelos y estamparla contra la pared en lo que podría ser perfectamente una escena de una película porno de los años 70, porque la cara de Amalia parece de esa época, como la de Susana Giménez en el “shock” que la hizo famosa. Claro que el “shock” se lo va a comer Granata cuando le destapes esa suculenta colita con la sopapa de carne, aunque vas a tener que ser muy creativo para sorprender verdaderamente a la rubia, que confiesa por esa cola pasó todo Rosario incluyendo al Amalia Granatamonumento a la bandera. “No me queda nada virgen, es la verdad” dice Amalia quebrando la espalda para sacar ese orto que parece mejorar con cada pijazo. “Ya no tengo nada virgen y la cola tampoco” dice Amalia con esa boca que parece abierta 24 horas como un cajero automático, siempre lista para recibir depósitos lácteos. “Porque para mí la cola no es tabú, sino todo lo contrario” agrega mientras vuelve a mostrar el pavo y se lleva el teléfono a la boca en lo que parece un ataque de ansiedad oral que también va a ser escrita cuando le firmes con leche la espalda al lado del tatuaje que tiene arriba del orto como si fuera una patente de viciosa. “Para mí en el sexo nada está prohibido” sigue explicando Granata en lo que podría ser el mismo argumento de venta que amalia granataescucharon Robbie Williams y el Ogro Fabbiani antes de dejar su contribución, “la masturbación femenina tampoco es tabú, me la hago cada vez que tengo ganas.” Es que una cola como la de Granata necesita tres comidas diarias con una estricta dieta de huevos, leche y carne en barra, porque sino se tiene que sacar el hambre ella misma. “Yo me toco cuando tengo ganas” dice Granata y vos tenés ganas de invitarla a que te muestre, “porque las que dicen que no se tocan, mienten o no saben lo que se pierden.” Porque justamente si hay algo que Amalia Granata no quiere es perderse de nada, y por eso está con ganas de “perderse” una toronja mecánica en esa terrible cotorra. “A veces me dan ganas de probar con un consolador” dice la rosarigasina, “porque mis amigas dicen que cuando lo conocés ya no querés saber más nada con los hombres!”. A menos que le den un puñado de dólares.
Amalia GranataAmalia GranataAmalia Granata
Amalia Granata
Amalia Granata posa con onda retro que parece inocente hasta que te das cuenta que la posición es especial para entrar en cucharita por la puerta trasera. “No tengo nada virgen” dice con ese desparpajo propio de las más viciosas, “y la cola para mí no es tabú, sino todo lo contrario.” El clasificado dice “viciosa rosarina quiere que le hagan la cola”, decime si no llamás?