Silvina Escudero, orto difícil pero cumplidor
(si no ves las fotos haz click en ellas)
Silvina Escudero “es una mujer que los hombres ven y caen rendidamente enamorados” dice su hermana Vanina y vos seguramente vas a coincidir, “a mí lo que me gusta es su cara, su mirada y su boca.” Y a vos te gusta es terrible cola que ahora mueve Bailando por un Sueño. “Con Vanina aprendimos baile en serio, hicimos el profesorado de danza clásica, zapateo americano y todo tipo de ritmos” dice la morocha y agrega un dato clave, “ser bailarina me ayuda en el sexo porque puedo elongar bien en todos los ángulos.”
Silvina Escudero dice que meter mano en su cuerpo desnudo es algo difícil a pesar de la foto.
El orto de Silvina Escudero es hermoso, pero causa problemas. Es que al verlo dan ganas de matarse, pero fumar o tomar Fernet tarda mucho y la morocha te va a seguir torturando mostrando esas cachas Bailando por un Sueño, haciendo Fortuna en el teatro, en fotos de revistas. Preguntarle cuanto cobra decís? La guita parece que tampoco ayuda, imaginate que Fort le ofreció 60 lucas por mes y ella lo rechazó. “Ricardo es un niño que siempre tuvo todo, que compra todo, me yo no estoy en venta, mi corazón no se compra, para mí el sexo es sólo por
amor.” La Chocoloca le pagó Fortuna para estar en la obra del mismo nombre, y apenas consiguió sacarle un beso en escena. “Quedamos en que iba a abrir la boca en el beso con Ricardo” explica Silvina, “pero obvio que la lengua ni loca se la meto!” O sea, pete de onda ni hablar, pero guarda porque allegados cuentan una historia diferente. “Entre Silvina y Ricky pasó algo” dice Graciela Alfano, “los vieron a los besos en un restaurant de Puerto Madero y además se encontraron bastante acaramelados en los camarines del Teatro Premier”. Y no solamente una enemiga como Grace cree que Silvina Escudero es mucho más picarona de lo que quiere hacer creer, sino su propia hermana. “Silvina siempre fue zarpadita” dice Vanina Escudero, “a pesar
de ser ella la más chica, tuvo primero su debut sexual y vino a contármelo cuando yo todavía no había estado con nadie.” Claro que si le preguntás a Silvina, la única manera de cogerla es con amor y compromiso oficial. “Para venirte a la cama primero tenés que formalizar conmigo” dice Silvina, “yo no cambié ahora por ser conocida, siempre fui igual, el sexo conmigo es sólo con amor.” Pero la convicción de la morocha en materia sexual no es 
tan firme como sus cachas. “No pongo las manos en el fuego por nadie, ni por mí misma” dice Silvina reconociendo que su hermosa carne puede ser débil, “porque soy tranquila y romántica pero también muy apasionada en la cama, digamos que tengo una gotita de cada cosa.” Y cuando finalmente entrega, merece mucho más que una gotita. “En la cama me gusta que estés conforme y te guste todo lo que hago” dice Silvina, “y ahí cumplimos todas las fantasías, las que tengas y las mías. Y a mí no me queda casi ninguna por cumplir, porque cuando quiero hacer algo, voy y lo hago.” Y como buena perra, una de las fantasías que le quedan es sentirse deseada por un perro callejero. “Me encantaría tener sexo en un auto con un perro de la calle mirándome” confiesa con un inesperado giro perverso, “pero eso sí, nunca con mi propio perro.”
Silvina Escudero parece adivinar tu pregunta sobre alguna vez exploró algún agujero de su cuerpo con el bastón que sostiene sonriente, pero la morocha es muy reacia a soltar prenda. “De cosas muy íntimas no hablo” dice la morocha y agrega que “en el sexo me siento bien sólo si estoy enamorada y además antes de ir a la cama tenés que formalizar conmigo.” La morocha la va de ultraformal pero dice que en materia de sexo nadie está exento de un renuncio. “Soy chapada a la antigua” dice Silvina, “quiero casarme primero y convivir después, pero en materia de sexo no pongo las manos en el fuego por nadie, ni por mí misma.” Y fuego es lo que promete para los que logren luz verde. “Una vez que estoy en pareja cumplo, porque me gusta que él esté conforme y le guste lo que le hago.”
Comentarios (78)Silvina Escudero tiene un orto infernal
A la cola de Silvina Escudero sólo le falta hablar, cosa que le vendría bien para protestar las restricciones impuestas por su dueña. “Para mí el sexo es sólo con amor” dice la morocha con intransigencia, “tengo que estar enamorada para tener relaciones con alguien.” Ante la intransigencia de su dueña, al orto no le queda otra que cerrar el ídem, pero cuando la morocha está distraída abre los cachetes en busca de una alegría. “De cosas muy íntimas no hablo” dice la menor de las hermanas Escudero, “pero te puedo decir que ser bailarina ayuda en el sexo porque puedo hacer elongaciones en todos los ángulos.” No te olvides el Kamasutra!
Silvina Escudero dice que en la cama es espontánea para crear variedad. Sorprendenos Silvina con esa carita picarona!
La morocha es un camión pero lo niega. Dice que no está fuerte y que sólo coge cuando se enamora, cosa que encima no ocurre muy seguido. “No me considero un minón” dice Silvina Escudero como si vos no estuvieras viendo las fotos o la que posara fuera otra. “Además el sexo para mí es sólo con amor, para tener algo carnal con alguien me tienen que pasar cosas muy importantes.” Y cosas muy importantes, pero re grossas, deben haber pasado por ese orto descomunal, porque esas cachas no quedaron así de abiertas con solamente con amor. “Para mí la noche perfecta sería viendo una peli romántica en un cine” dice mientras vos al instante te imaginás a 
la morocha haciéndote un pete en la última fila, “después terminaríamos como empezamos, abrazados dándonos besos.” Silvina te cuenta su noche ideal y te hace sentir como el abuelo degenerado que se quiere coger a Heidi en el cine, pero basta un vistazo a ese tremendo pavo para confirmar que la película no es de Disney sino una condicionada donde la actriz porno insiste en hablar de amor mientras tres pibes le pintan la cara de blanco con pincel de carne. “Tengo una gotita de cada cosa” explica Silvina con una inocencia que su orto desdice, “soy romántica, tranquila, apasionada… por ejemplo a Matías le bailo.” Lo que le baila es cualquier cosa que le coloquen entre esas descomunales cachas, 
aunque dice que la zona normalmente está cerrada al público. “Cuando arreglo una cita nunca voy mentalizada para tener sexo” dice Silvina con una actitud ultra estrecha que contrasta con su amplitud de cantos,”para ir a la cama primero tenés que formalizar conmigo.” Tiene que estar enamorada y además tenés que “formalizar” ante escribano? Silvina entregá de una vez que te va a encantar! “Yo siempre fui así para ir a la cama, no cambié los 
requisitos por ser conocida” explica la morocha como si no trabajara como vedette vendiendo sexo, “ahora una vez que estoy en pareja cumplo, porque me gusta que él esté conforme y le guste lo que le hago.” Pero vos Silvina en la cama qué buscás, no podés ser Heidi todo el tiempo! “En la cama me siento bien cuando estoy enamorada, todo va de la mano del amor” insiste la morocha en su papel de vedette inocente, “y para mí la forma de ser de un hombre es lo que más me conquista, no tanto lo físico.” Silvina dice que conquistarla cuesta, pero el ganador es recompensado en especie. “Ahí cumplimos todas las fantasías” dice la morocha, “y a mí no me queda ninguna por cumplir, porque cuando quiero hacer algo, voy y lo hago.”
La fama obligó a Silvina Escudero a abrirse de gambas para las fotos, pero dice que en la vida íntima sigue tan estrecha como siempre. “En la cama no hubo diferencia entre antes y después de ser conocida” dice la morocha, “siempre fui igual, para mí el sexo es sólo con amor.” Y como el amor no se puede generar ya en un primer encuentro, asegura que nunca sale con alguien con la idea fifa. “Antes de una cita nunca salgo mentalizada que voy a tener sexo” explica con sorprendente recato para una vedette, “porque si no formalizan la cosa, no hay posibilidad alguna.” No es fácil que Silvina Escudero te haga “El Musical” en privado, pero si el día llega los privilegios son importantes. “En la cama yo me dedico a cumplir las fantasías que él tenga, quiero que le guste lo que hago.”
Silvina Escudero, orto difícil pero cumplidor
(si no ves las fotos haz click en ellas)
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Silvina Escudero “es una mujer que los hombres ven y caen rendidamente enamorados” dice su hermana Vanina y vos seguramente vas a coincidir, “a mí lo que me gusta es su cara, su mirada y su boca.” Y a vos te gusta es terrible cola que ahora mueve Bailando por un Sueño. “Con Vanina aprendimos baile en serio, hicimos el profesorado de danza clásica, zapateo americano y todo tipo de ritmos” dice la morocha y agrega un dato clave, “ser bailarina me ayuda en el sexo porque puedo elongar bien en todos los ángulos.” |
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Silvina Escudero dice que meter mano en su cuerpo desnudo es algo difícil a pesar de la foto. |
El orto de Silvina Escudero es hermoso, pero causa problemas. Es que al verlo dan ganas de matarse, pero fumar o tomar Fernet tarda mucho y la morocha te va a seguir torturando mostrando esas cachas Bailando por un Sueño, haciendo Fortuna en el teatro, en fotos de revistas. Preguntarle cuanto cobra decís? La guita parece que tampoco ayuda, imaginate que Fort le ofreció 60 lucas por mes y ella lo rechazó. “Ricardo es un niño que siempre tuvo todo, que compra todo, me yo no estoy en venta, mi corazón no se compra, para mí el sexo es sólo poramor.” La Chocoloca le pagó Fortuna para estar en la obra del mismo nombre, y apenas consiguió sacarle un beso en escena. “Quedamos en que iba a abrir la boca en el beso con Ricardo” explica Silvina, “pero obvio que la lengua ni loca se la meto!” O sea, pete de onda ni hablar, pero guarda porque allegados cuentan una historia diferente. “Entre Silvina y Ricky pasó algo” dice Graciela Alfano, “los vieron a los besos en un restaurant de Puerto Madero y además se encontraron bastante acaramelados en los camarines del Teatro Premier”. Y no solamente una enemiga como Grace cree que Silvina Escudero es mucho más picarona de lo que quiere hacer creer, sino su propia hermana. “Silvina siempre fue zarpadita” dice Vanina Escudero, “a pesarde ser ella la más chica, tuvo primero su debut sexual y vino a contármelo cuando yo todavía no había estado con nadie.” Claro que si le preguntás a Silvina, la única manera de cogerla es con amor y compromiso oficial. “Para venirte a la cama primero tenés que formalizar conmigo” dice Silvina, “yo no cambié ahora por ser conocida, siempre fui igual, el sexo conmigo es sólo con amor.” Pero la convicción de la morocha en materia sexual no es tan firme como sus cachas. “No pongo las manos en el fuego por nadie, ni por mí misma” dice Silvina reconociendo que su hermosa carne puede ser débil, “porque soy tranquila y romántica pero también muy apasionada en la cama, digamos que tengo una gotita de cada cosa.” Y cuando finalmente entrega, merece mucho más que una gotita. “En la cama me gusta que estés conforme y te guste todo lo que hago” dice Silvina, “y ahí cumplimos todas las fantasías, las que tengas y las mías. Y a mí no me queda casi ninguna por cumplir, porque cuando quiero hacer algo, voy y lo hago.” Y como buena perra, una de las fantasías que le quedan es sentirse deseada por un perro callejero. “Me encantaría tener sexo en un auto con un perro de la calle mirándome” confiesa con un inesperado giro perverso, “pero eso sí, nunca con mi propio perro.”
amor.” La Chocoloca le pagó Fortuna para estar en la obra del mismo nombre, y apenas consiguió sacarle un beso en escena. “Quedamos en que iba a abrir la boca en el beso con Ricardo” explica Silvina, “pero obvio que la lengua ni loca se la meto!” O sea, pete de onda ni hablar, pero guarda porque allegados cuentan una historia diferente. “Entre Silvina y Ricky pasó algo” dice Graciela Alfano, “los vieron a los besos en un restaurant de Puerto Madero y además se encontraron bastante acaramelados en los camarines del Teatro Premier”. Y no solamente una enemiga como Grace cree que Silvina Escudero es mucho más picarona de lo que quiere hacer creer, sino su propia hermana. “Silvina siempre fue zarpadita” dice Vanina Escudero, “a pesar
de ser ella la más chica, tuvo primero su debut sexual y vino a contármelo cuando yo todavía no había estado con nadie.” Claro que si le preguntás a Silvina, la única manera de cogerla es con amor y compromiso oficial. “Para venirte a la cama primero tenés que formalizar conmigo” dice Silvina, “yo no cambié ahora por ser conocida, siempre fui igual, el sexo conmigo es sólo con amor.” Pero la convicción de la morocha en materia sexual no es 
tan firme como sus cachas. “No pongo las manos en el fuego por nadie, ni por mí misma” dice Silvina reconociendo que su hermosa carne puede ser débil, “porque soy tranquila y romántica pero también muy apasionada en la cama, digamos que tengo una gotita de cada cosa.” Y cuando finalmente entrega, merece mucho más que una gotita. “En la cama me gusta que estés conforme y te guste todo lo que hago” dice Silvina, “y ahí cumplimos todas las fantasías, las que tengas y las mías. Y a mí no me queda casi ninguna por cumplir, porque cuando quiero hacer algo, voy y lo hago.” Y como buena perra, una de las fantasías que le quedan es sentirse deseada por un perro callejero. “Me encantaría tener sexo en un auto con un perro de la calle mirándome” confiesa con un inesperado giro perverso, “pero eso sí, nunca con mi propio perro.”
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Silvina Escudero parece adivinar tu pregunta sobre alguna vez exploró algún agujero de su cuerpo con el bastón que sostiene sonriente, pero la morocha es muy reacia a soltar prenda. “De cosas muy íntimas no hablo” dice la morocha y agrega que “en el sexo me siento bien sólo si estoy enamorada y además antes de ir a la cama tenés que formalizar conmigo.” La morocha la va de ultraformal pero dice que en materia de sexo nadie está exento de un renuncio. “Soy chapada a la antigua” dice Silvina, “quiero casarme primero y convivir después, pero en materia de sexo no pongo las manos en el fuego por nadie, ni por mí misma.” Y fuego es lo que promete para los que logren luz verde. “Una vez que estoy en pareja cumplo, porque me gusta que él esté conforme y le guste lo que le hago.” |
Comentarios (78)Silvina Escudero tiene un orto infernal
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A la cola de Silvina Escudero sólo le falta hablar, cosa que le vendría bien para protestar las restricciones impuestas por su dueña. “Para mí el sexo es sólo con amor” dice la morocha con intransigencia, “tengo que estar enamorada para tener relaciones con alguien.” Ante la intransigencia de su dueña, al orto no le queda otra que cerrar el ídem, pero cuando la morocha está distraída abre los cachetes en busca de una alegría. “De cosas muy íntimas no hablo” dice la menor de las hermanas Escudero, “pero te puedo decir que ser bailarina ayuda en el sexo porque puedo hacer elongaciones en todos los ángulos.” No te olvides el Kamasutra! |
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Silvina Escudero dice que en la cama es espontánea para crear variedad. Sorprendenos Silvina con esa carita picarona! |
La morocha es un camión pero lo niega. Dice que no está fuerte y que sólo coge cuando se enamora, cosa que encima no ocurre muy seguido. “No me considero un minón” dice Silvina Escudero como si vos no estuvieras viendo las fotos o la que posara fuera otra. “Además el sexo para mí es sólo con amor, para tener algo carnal con alguien me tienen que pasar cosas muy importantes.” Y cosas muy importantes, pero re grossas, deben haber pasado por ese orto descomunal, porque esas cachas no quedaron así de abiertas con solamente con amor. “Para mí la noche perfecta sería viendo una peli romántica en un cine” dice mientras vos al instante te imaginás a la morocha haciéndote un pete en la última fila, “después terminaríamos como empezamos, abrazados dándonos besos.” Silvina te cuenta su noche ideal y te hace sentir como el abuelo degenerado que se quiere coger a Heidi en el cine, pero basta un vistazo a ese tremendo pavo para confirmar que la película no es de Disney sino una condicionada donde la actriz porno insiste en hablar de amor mientras tres pibes le pintan la cara de blanco con pincel de carne. “Tengo una gotita de cada cosa” explica Silvina con una inocencia que su orto desdice, “soy romántica, tranquila, apasionada… por ejemplo a Matías le bailo.” Lo que le baila es cualquier cosa que le coloquen entre esas descomunales cachas, aunque dice que la zona normalmente está cerrada al público. “Cuando arreglo una cita nunca voy mentalizada para tener sexo” dice Silvina con una actitud ultra estrecha que contrasta con su amplitud de cantos,”para ir a la cama primero tenés que formalizar conmigo.” Tiene que estar enamorada y además tenés que “formalizar” ante escribano? Silvina entregá de una vez que te va a encantar! “Yo siempre fui así para ir a la cama, no cambié los requisitos por ser conocida” explica la morocha como si no trabajara como vedette vendiendo sexo, “ahora una vez que estoy en pareja cumplo, porque me gusta que él esté conforme y le guste lo que le hago.” Pero vos Silvina en la cama qué buscás, no podés ser Heidi todo el tiempo! “En la cama me siento bien cuando estoy enamorada, todo va de la mano del amor” insiste la morocha en su papel de vedette inocente, “y para mí la forma de ser de un hombre es lo que más me conquista, no tanto lo físico.” Silvina dice que conquistarla cuesta, pero el ganador es recompensado en especie. “Ahí cumplimos todas las fantasías” dice la morocha, “y a mí no me queda ninguna por cumplir, porque cuando quiero hacer algo, voy y lo hago.”
la morocha haciéndote un pete en la última fila, “después terminaríamos como empezamos, abrazados dándonos besos.” Silvina te cuenta su noche ideal y te hace sentir como el abuelo degenerado que se quiere coger a Heidi en el cine, pero basta un vistazo a ese tremendo pavo para confirmar que la película no es de Disney sino una condicionada donde la actriz porno insiste en hablar de amor mientras tres pibes le pintan la cara de blanco con pincel de carne. “Tengo una gotita de cada cosa” explica Silvina con una inocencia que su orto desdice, “soy romántica, tranquila, apasionada… por ejemplo a Matías le bailo.” Lo que le baila es cualquier cosa que le coloquen entre esas descomunales cachas, 
aunque dice que la zona normalmente está cerrada al público. “Cuando arreglo una cita nunca voy mentalizada para tener sexo” dice Silvina con una actitud ultra estrecha que contrasta con su amplitud de cantos,”para ir a la cama primero tenés que formalizar conmigo.” Tiene que estar enamorada y además tenés que “formalizar” ante escribano? Silvina entregá de una vez que te va a encantar! “Yo siempre fui así para ir a la cama, no cambié los 
requisitos por ser conocida” explica la morocha como si no trabajara como vedette vendiendo sexo, “ahora una vez que estoy en pareja cumplo, porque me gusta que él esté conforme y le guste lo que le hago.” Pero vos Silvina en la cama qué buscás, no podés ser Heidi todo el tiempo! “En la cama me siento bien cuando estoy enamorada, todo va de la mano del amor” insiste la morocha en su papel de vedette inocente, “y para mí la forma de ser de un hombre es lo que más me conquista, no tanto lo físico.” Silvina dice que conquistarla cuesta, pero el ganador es recompensado en especie. “Ahí cumplimos todas las fantasías” dice la morocha, “y a mí no me queda ninguna por cumplir, porque cuando quiero hacer algo, voy y lo hago.”
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La fama obligó a Silvina Escudero a abrirse de gambas para las fotos, pero dice que en la vida íntima sigue tan estrecha como siempre. “En la cama no hubo diferencia entre antes y después de ser conocida” dice la morocha, “siempre fui igual, para mí el sexo es sólo con amor.” Y como el amor no se puede generar ya en un primer encuentro, asegura que nunca sale con alguien con la idea fifa. “Antes de una cita nunca salgo mentalizada que voy a tener sexo” explica con sorprendente recato para una vedette, “porque si no formalizan la cosa, no hay posibilidad alguna.” No es fácil que Silvina Escudero te haga “El Musical” en privado, pero si el día llega los privilegios son importantes. “En la cama yo me dedico a cumplir las fantasías que él tenga, quiero que le guste lo que hago.” |
